EL PODER DE LA NEURODIVERSIDAD – CONSTRUYENDO UN MUNDO INCLUSIVO

Imaginemos Por un momento que nuestra sociedad se ha transformado en una cultura de Flores; digamos, por seguir el argumento, que los psiquiatras de esta sociedad están representados por rosas. Ahora, visualicemos un girasol que va la consulta psiquiátrica.

El psiquiatra (la rosa) prepara todas sus herramientas y, en una media hora, tiene el diagnóstico y le dice (al girasol): ”usted padece de gigantismo; es una dolencia que se puede tratar si se atiende a tiempo, pero por desgracia no hay mucho que hacer en esta fase del desarrollo. Sin embargo, disponemos de algunas estrategias que podrán ayudarlo a afrontar su trastorno”.

El girasol escucha estas sugerencias y abandona la consulta del doctor con su cabeza brillante, amarilla y marrón, pero totalmente cabizbajo.

El siguiente paciente es una aciano, una pequeña y algodonosa flor azul. La rosa psiquiatra le ofrece a la flor unas cuantas pruebas diagnósticas y un examen físico completo; entonces establece su juicio: “Lo lamento, flor de aciano, usted padece de trastorno de crecimiento. Creemos que es genético; sin embargo, no hay que preocuparse porque con el tratamiento apropiado aprenderá a vivir una vida productiva y exitosa en una parcela bien ¿irrigas en algún lugar”.

La flor aciano abandona la consulta del doctor sintiéndose más diminuta que cuando había llegado.

Por último, un tulipán entra en la consulta; el psiquiatra necesita solo cinco minutos para “decidir” cuál es su problema y le dice: “Usted padece TDP, o trastorno de déficit de pétalos; se puede controlar, aunque no curarse, con una fórmula magistral especialmente diseñada. De hecho, mi representante herbicida local me ha dejado algunas muestras médicas gratis por si quiere probarlas”.

Estos escenarios parecen ridículos, pero sirven como metáforas de cómo nuestra cultura trata las diferencias neurológicas entre los seres humanos.

Necesitamos un nuevo campo de neurodiversidad que pudiera concebir la diferencia entre los cerebros y que pudiese apreciar las diferencias que se dan dentro del espectro de las capacidades; las capacidades sociales, atencionales, de aprendizaje entre otras, y considerar las riquezas es estas, ya que no hay un cerebro normal, ni único, ni estándar.

Texto extraído de Alexia Rattazzi.

 

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