Dado que la creatividad y la innovación no sólo es una capacidad sino también una
habilidad y actitud ante las personas y los hechos, el profesor creativo posee unas
características en las tres dimensiones presentes en educación: ser, saber y hacer. Dicho
con otras palabras, actitudes flexibles, dominio de los contenidos y su adaptación a los
destinatarios, habilidad didáctica. He aquí unas pinceladas de su actuación docente.
a) El profesor innovador y creativo posee una disposición flexible hacia las personas, las
decisiones y los acontecimientos; no sólo tolera los cambios sino que está abierto a ellos
más que otras personas; está receptivo a ideas y sugerencias de los otros, ya sean
superiores, compañeros o inferiores; valora el hecho diferencial; se adapta fácilmente a
lo nuevo sin ofrecer excesivas resistencias; se implica en proyectos de innovación.
b) Por lo que respecta a su capacidad o conocimiento, la percepción rica en matices de
cuanto le rodea. No se queda con la idea general sino que relaciona fácilmente un hecho
con otro y unas ideas con otras. En esta misma línea cabe destacar su facilidad para
integrar y evocar experiencias. Conoce y aplica diversas técnicas orientadas a la
ideación y la creatividad de sus alumnos, no contentandose con que éstos repitan lo que
han oído o estudiado.
c) Entre las habilidades podemos referirnos a actuaciones como: inducir a los sujetos
para que se sensibilicen a los problemas; promover el aprendizaje por descubrimiento; crear un clima de seguridad y fácil comunicación entre las personas; incitar al sobre aprendizaje y autodisciplina; diferir el juicio crítico cuando se están exponiendo ideas; estimular los procesos divergentes; formular e incitar a las preguntas divergentes;aplicar técnicas creativas. Estas actitudes son claves para generar climas de autoaprendizaje y de implicación espontánea y colaborativa.
Su actuación en tanto que profesional innovador y creativo de la enseñanza, la
resumiriamos en su habilidad para entusiasmar e inducir a los estudiantes hacia el
autoaprendizaje, hacerles tan atractivo y sorprendente el contenido que sean capaces de
emplear en aprender más tiempo del habitual sin que ello les incomode. Al contrario,
disfrutan aprendiendo porque hacen aportaciones personales, porque crean o recrean los aprendizajes, porque existe un reconocimiento externo y una satisfacción interna. Bajo estas consideraciones, la creatividad docente radica en dejar huella, dejar impronta, de modo que pasado el tiempo aún se recuerda a aquellos maestros o profesores que nos
trasmitieron algo más que información. Nos dejaron ese mensaje humano, clima,
espíritu, impacto, que con el tiempo quedó en nosotros como huella modélica permanente. Art. Saturnino de la Torre y Verónica Violant
«Una idea divertida puede marcar la diferencia»